Donde hay innovación, hay esperanza: Agritech para pequeños agricultores de América Latina

Pequeños propietarios y agricultores que producen hasta el 80% de los bienes agrícolas fabricados en Latam y el Caribe, siguen dependiendo del trabajo con escasas herramientas.

La innovación tecnológica y la maquinaria están muy extendidas en Estados Unidos o en los países europeos. Pero en países como Colombia, Brasil y México, los pequeños propietarios y los agricultores que producen hasta el 80% de los bienes agrícolas fabricados en América Latina y el Caribe, siguen dependiendo del trabajo con escasas herramientas.

Además, el cambio climático está poniendo patas arriba la agricultura. El aumento de las heladas combinadas con las sequías constituye un problema importante, concretamente en las tierras altas de los países sudamericanos, que cuesta a los agricultores hasta la mitad de su cosecha anual. Para seguir el ritmo de las cambiantes condiciones meteorológicas, los agricultores acabarán necesitando equipos de agrotecnología, algo que se torna costoso y complejo para muchos productores locales.

Sin embargo, hay motivos para el optimismo. En América Latina, las prácticas agrícolas convencionales se están encontrando con las innovadoras. Las empresas emergentes no sólo están desarrollando tecnologías innovadoras que predicen las condiciones meteorológicas, evitan las pérdidas de cosechas y modelan las enfermedades de las plantas. También están utilizando estrategias creativas para proporcionar acceso a los pequeños agricultores con presupuestos ajustados.

El cambio climático golpea con especial dureza a los agricultores latinoamericanos
El suministro de alimentos del mundo está en peligro. Los agricultores están luchando contra las consecuencias del cambio climático y la invasión de la naturaleza por parte del hombre.

Sin embargo, el impacto de los cambios climáticos en los pequeños agricultores es aún más grave, ya que las pérdidas de cosechas amenazan no sólo sus ingresos diarios, sino también sus medios de vida.

Como explicó el Instituto de Recursos Mundiales de México en una entrevista “Los pequeños productores comparten problemas con los grandes productores, como el impacto de fenómenos climáticos cada vez más frecuentes, como los huracanes, el aumento de la velocidad del viento, las sequías y el acceso al agua, así como la mayor incidencia de plagas y enfermedades de las plantas.”

Las heladas del suelo, cuyos efectos se han agravado debido a la creciente sequedad del suelo, son un buen ejemplo. En Chile, Brasil, Argentina y Colombia, las temperaturas nocturnas se han enfriado durante varios años, lo que ha provocado la pérdida de millones de toneladas de cosecha al año.

“Las heladas constituyen un riesgo de pérdida de cosechas para los productores, especialmente para los pequeños agricultores, que generalmente cuentan con menos tecnología para combatir los efectos”, dijo a El Mostrador el profesor chileno Roberto Jara.

“A diferencia de los grandes agricultores, los pequeños se enfrentan adicionalmente a otros problemas como la falta de capital, el nulo acceso al crédito, los problemas de acceso a los mercados, los bajos precios de sus productos en los mercados locales que hacen poco rentable su comercialización, los altos costos y la falta de capacidad para acceder a mercados diferenciados como la producción orgánica”, señaló el Instituto de Recursos Mundiales de México.

Además, la propia agricultura se enfrenta a un cambio hacia prácticas y medios más sostenibles para reducir el impacto de la agricultura en la naturaleza. Los productos químicos y los fertilizantes utilizados en la agricultura convencional acaban con la microflora y la microfauna del suelo, pero la mayoría de los propietarios de pequeñas explotaciones suelen depender de ellos debido a la falta de tecnologías alternativas y de educación.

“Necesitamos el uso de tecnologías para predecir las enfermedades de las cosechas y el clima, y permitir que se pase del uso intensivo de productos químicos y fertilizantes sintéticos a soluciones orgánicas para los pequeños agricultores”, dijo en una entrevista Leonardo Gava Mataram, Director de Transición de la Agricultura de Brasil en Climate Bond Initiative. ¿Pero cómo?

Las startups locales tienen el dedo en la llaga

A medida que aumenta la tarea de evitar los efectos del cambio climático en la agricultura, al tiempo que se garantiza la independencia económica y el desarrollo de los agricultores, también aumentan las soluciones.

Varias organizaciones y startups están investigando y desarrollando en el ámbito de la Agri y la food tech, inventando productos desde la tecnología del suelo, pasando por la tecnología de precisión, hasta soluciones de big data para ayudar a distribuir los alimentos locales. El mercado Agritech de la región estaba valorado en USD 1,210 millones en 2021, con un crecimiento previsto de hasta USD 2,130 millones en 2026.

Fuente: Entrepeneur

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